Se puede rescindir el contrato de alquiler

Si alguna vez te has encontrado en la situación de necesitar terminar un contrato de alquiler antes de tiempo, sabrás que no es simplemente cuestión de devolver las llaves y marcharte. En España, hay ciertas reglas y procedimientos que tanto inquilinos como propietarios deben seguir para hacerlo correctamente. Te desglosamos este proceso de manera clara y accesible para que sepas cómo proceder sin contratiempos.

Inquilino o Propietario: ¿Quién da el Primer Paso?

Rescindir un contrato de alquiler implica dar por terminado el acuerdo de arrendamiento antes de la fecha prevista en el contrato. Tanto inquilinos como propietarios pueden encontrarse en situaciones donde consideren necesario terminar el contrato anticipadamente. Sin embargo, es crucial seguir los procedimientos legales establecidos para evitar disputas y posibles consecuencias negativas.

Si eres inquilino, debes notificar al propietario con un mínimo de 30 días de antelación (según la Ley de Arrendamientos Urbanos), y puedes rescindir el contrato una vez transcurridos al menos seis meses desde el inicio del contrato, a menos que hayas acordado otra cosa con tu casero. Se contemplan además algunos escenarios en los que está permitida esta rescisión del contrato, como son un traslado laboral, motivos de salud, u otros motivos personales significativos.

Si eres propietario y necesitas recuperar tu vivienda para uso personal o familiar, también tienes esa opción, pero debes cumplir con ciertos criterios, como demostrar esa necesidad o el incumplimiento por parte del inquilino en aspectos como la falta de pago, subarrendamiento no autorizado, o daños significativos en la propiedad. 

Cómo rescindir el contrato

El proceso empieza con una notificación escrita. En papel o al menos un correo explicando claramente las razones y la fecha en la que planeas terminar el contrato. Idealmente, las dos partes deberían llegar a un acuerdo para evitar procedimientos legales indeseados. 

Recomendaciones para un proceso exitoso

Para que el proceso de rescindir un contrato de alquiler sea lo más tranquilo y exitoso posible, es crucial prestar atención a ciertos detalles y seguir algunas recomendaciones prácticas

Mantén un registro: 

Guarda copias de todas las comunicaciones y documentos relacionados con el alquiler, como la copia del contrato o cualquier otro acuerdo que hayas hecho con la otra parte, como pactos sobre mejoras en la vivienda, permisos de mascotas, etc… También es recomendable sacar fotografías del estado de la vivienda al inicio y final del proceso de alquiler, tanto por parte de inquilinos como de propietarios. 

Comunicación clara y por escrito: 

Aunque una conversación telefónica es un buen comienzo, asegúrate de dejar siempre los acuerdos alcanzados por escrito. 

  • Negociación es clave: Intenta llegar a un acuerdo que beneficie a ambas partes. Habla, negocia y encuentra un punto medio. A veces, un poco de flexibilidad puede evitar muchos problemas.

  • Asesoría legal: No todos somos expertos en leyes de arrendamiento, consulta si es necesario con un abogado especializado en arrendamientos para asegurarte de que todos los pasos se realicen conforme a la ley.

  • Cuida las relaciones: Mantén un tono respetuoso y profesional en todas tus comunicaciones y si dejas la propiedad por razones que podrían ser útiles para el propietario saber (como problemas con vecinos o fallos en la vivienda), compártelo de manera constructiva.

 

Consecuencias de la rescisión

Si eres inquilino podrías perder tu fianza si la rescisión no se ajusta a los términos legales o contractuales. Debido a lo que llamamos “responsabilidad por pagos pendientes”, si te vas sin avisar podrías tener que seguir pagando el alquiler hasta que el propietario encuentre a un nuevo inquilino. 

Si eres propietario y está todo está en regla, deberás devolver la fianza (siempre que no haya daños). Pero si terminas el contrato sin seguir la normativa, podrías enfrentarte a posibles penalizaciones. 

Rescindir un contrato de alquiler en España no tiene por qué ser un proceso complejo. Tanto inquilinos como propietarios tienen derechos y obligaciones que deben respetar para que el proceso sea lo más ágil y amistoso posible. Recuerda que la comunicación abierta y la disposición a encontrar soluciones son tus mejores aliados, y en caso de duda, siempre es recomendable consultar con un profesional legal especializado.

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